Pudo ser tal vez una equivoco del destino el haberte conocido
o tal vez...un gracioso cuupido alcoholizado que fue a dar
con su flecha en tu corazón y el mio uniendo destinos y a la vez
separando caminos.
Yo amaba el mar y la poesía, tú los deportes y la ironía, nos unia
tan solo el deseo que acerca los labios y funde los cuerpos.
A veces me invade la nostalgia y busco en el cajon de los recuerdos
revivir los momentos en que juntos a la deriva íbamos en el barco
de los sueños imposibles, navegando por los mares del amor...y alli
es donde detengo el tiempo para sobrevivir.
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